Encastrando bloques, comenzamos a codificar
Blockly. Junto a Google, descubrimos las bondades del lenguaje JavaScript.
Como puente hacia el aprendizaje, el juego continúa abriendo senderos. Los cambios son tan profundos que el milagro de leer y escribir representa apenas el principio. De hecho, el enfoque de la nueva alfabetización supone transitar un camino más extenso. Esa travesía implica abordar múltiples desafíos. En particular, la asimilación de conocimientos se basa en el pensamiento crítico. Los engranajes del proceso educativo asumen una tríada virtuosa. La maquinaria nunca se detiene: indagar, deducir, comprender.
Bajo esta impronta, Google nos propone comenzar a programar. La plataforma es muy intuitiva. Acoplando las piezas entre sí generamos una secuencia de instrucciones. Las piezas a su vez, asocian atributos y los atributos, valores.
El recorrido se detiene en ocho paradas. En cada estación, los problemas ilustran conceptos relacionados con estructuras condicionales, bucles y funciones. Los niveles superiores adquieren mayor complejidad para, finalmente, desplegar la transición entre objetos y sentencias JavaScript.
La herramienta gratuita forma parte de una iniciativa de alcance global. Quienes la impulsan conciben la computación como una ciencia. Son entusiastas que generan contenidos de alta calidad e insisten en igualar oportunidades… Al fin y al cabo, de eso se trata.