Aprender a programar desarrolla la creatividad, la sociabilidad y mucho más

Muchos piensan que cuando enseñamos programación a un niño sólo le estamos preparando para programar. Eso que a los informáticos


Muchos piensan que cuando enseñamos programación a un niño sólo le estamos preparando para programar. Eso que a los informáticos nos enseñan en las universidades o en los ciclos formativos, esa cosa rara en la que nos sentamos frente a dos o tres pantallas con mucho texto por delante. Todo lo contrario.

La programación ha estado tradicionalmente anclada a un ámbito profesional, realizada por programadores físicos, matemáticos y, desde hace un par de décadas, informáticos. La programación como herramienta educativa es mucho más que sólo programar, es una excusa para mucho más.

Es por la resolución de problemas

El pensamiento computacional – concepto clave que se afianza con el conocimiento de la programación y la algorítmica – permite abordar los problemas para encontrar sus soluciones. Porque un problema puede tener múltiples soluciones, y no siempre existe el término de ‘la mejor’.

Mecanismo de relojLa programación es una herramienta más, al igual que lo son la lectura y la escritura o las operaciones aritméticas. Una herramienta que nos permite plantear un proyecto e ir desmigándolo, rompiéndolo en pequeñas partes y afrontando cada una de ellas por separado. El problema general se divide en problemas particulares, de menor envergadura, que es necesario resolver para llegar a la solución general. Divide y vencerás, reza el término en ciencias de la computación.

 

 

 

No tiene ningún sentido aprender a programar memorizando las diferentes instrucciones que existen (ifif-elserepeat-until, etc.), ni planteando ejemplos para cada una de ellas. Todo lo contrario, se pueden plantear proyectos muy sencillos y de soluciones ‘naturales’ que cualquier chaval puede resolver sin necesidad de saber programar o con conocimientos de algorítmica previos. Tan solo pensando un poco.

Es por la creatividad

Es una de las principales quejas del sistema educativo actual y que muchos intentan suplir en sus clases, con sus metodologías. Programar es pura creatividad, siempre y cuando se sepa llevar a cabo. Y, curiosamente, en el CJP@UVa – así como en otros talleres que hemos montado durante todos estos años – he observado que cuanto más pequeños son, más creatividad tienen, y que la van perdiendo a medida que pasan los años. ¿Genética? ¿Evolución? No lo creo…

Pinturas para la creatividadUna vez más, olvídate de papeles, guiones o libros de texto. Como docente debes buscar proyectos creativos, diferentes; propón ideas y, sobre todo, da libertad a tus alumnos para que programen lo que quieran, sin límites. Programar un juego de tenis en Scratch es ir más allá de una pelota y un par de raquetas. Fondos creativos con formas o diferentes colores, sonidos de trompetas cuando la pelota impacta en cada una de las barras, o animaciones que anuncian el ganador. Son sólo unos ejemplos.

 

Permite a los chavales poner sus ideas en el ordenador, sean cuales sean estas ideas. ¿Has propuesto alguna vez crear un clon del PacMan? Hazlo y verás que todos los chavales hacen un muñeco amarillo y un puñado de fantasmas. ¿Por qué no animales? ¿Por qué no un caballo al que le persiguen zorros? ¿Por qué no pones lo que quieras, lo que se te ocurra, y luego me cuentas una historia de por qué has elegido eso?

Es por la colaboración y la sociabilidad

Tanto a nivel profesional como educativo, programar también puede ser una gran herramienta social. Igual que lo es para afianzar la creatividad, con el método necesario puede mejorar aspectos como el trabajo en equipo o las presentaciones en público.

Clase de niñosTanto al principio como cuando el conocimiento ya es avanzado, muchos proyectos son perfectos para que varios chavales cooperen en la búsqueda de soluciones permitiendo, por ejemplo, elegir cuáles serán los algoritmos elegidos para resolver el problema. Que comenten cómo lo van a solucionar, que propongan sus propias soluciones y que discutan y debatan cuáles van a llevar a cabo.

Pero no sólo eso. Igual que por ejemplo un resumen de una obra (libro, película, serie; lo que sea) puede ser perfecto para exponer al resto de la clase, un proyecto de programación es ideal para presentar en público y, de paso, repasar algunos fundamentos: hila un argumento de qué vas a decir y en qué orden, estudia cómo lo vas a decir y luego a por ello. No es nada relacionado con la programación, pero desde luego podemos ayudar – ¡y mucho! – a mejorar muchas más cosas.

rmite a los chavales poner sus ideas en el ordenador, sean cuales sean estas ideas. ¿Has propuesto alguna vez crear un clon del PacMan? Hazlo y verás que todos los chavales hacen un muñeco amarillo y un puñado de fantasmas. ¿Por qué no animales? ¿Por qué no un caballo al que le persiguen zorros? ¿Por qué no pones lo que quieras, lo que se te ocurra, y luego me cuentas una historia de por qué has elegido eso?

Es por la colaboración y la sociabilidad

Tanto a nivel profesional como educativo, programar también puede ser una gran herramienta social. Igual que lo es para afianzar la creatividad, con el método necesario puede mejorar aspectos como el trabajo en equipo o las presentaciones en público.

Clase de niñosTanto al principio como cuando el conocimiento ya es avanzado, muchos proyectos son perfectos para que varios chavales cooperen en la búsqueda de soluciones permitiendo, por ejemplo, elegir cuáles serán los algoritmos elegidos para resolver el problema. Que comenten cómo lo van a solucionar, que propongan sus propias soluciones y que discutan y debatan cuáles van a llevar a cabo.

Pero no sólo eso. Igual que por ejemplo un resumen de una obra (libro, película, serie; lo que sea) puede ser perfecto para exponer al resto de la clase, un proyecto de programación es ideal para presentar en público y, de paso, repasar algunos fundamentos: hila un argumento de qué vas a decir y en qué orden, estudia cómo lo vas a decir y luego a por ello. No es nada relacionado con la programación, pero desde luego podemos ayudar – ¡y mucho! – a mejorar muchas más cosas.

Fuente

David Otrera

Referente TED Nivel Secudario | Editor de contenidos Profesor de Informática (CONSUDEC)

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