¡A leer se ha dicho!
CommonLit. Textos y actividades de lectura gratuitos.
Elegir la duda
Los gestos elocuentes describen una coreografía precisa. Brazos en alto, tono impostado y actitud aguerrida. Cada movimiento ha sido calculado. El líder carismático arenga a las multitudes. Sin embargo, la ovación apenas lo conmueve. Esta vez redobla la apuesta. Ha decidido colocar el acento en una empresa ambiciosa: convencer a los indecisos. Ganar su confianza requiere algo más que repetir eslogans o lanzar golpes bajos.
En efecto, la voz que agita a los fanáticos abunda en recursos lingüísticos. Convence, pero oculta verdades. Impacta, pero carece de fundamentos. Seduce, pero adolece de ideas. Las minorías silenciosas conocen el juego. Y afirman que las prédicas más eficaces son pobres de sustrato. La tácita resistencia no es casual, abraza profundas raíces morales.
Quienes se atreven a dudar emprenden una batalla dialéctica. Porque leer entre líneas implica atravesar un campo minado. El proceso de abstracción decanta un laberinto de palabras para indagar en la semántica. Es un tamiz que separa el ruido del mensaje. Al deconstruir discursos, cruzar fuentes y prescindir de las formas, corremos el velo. Despertamos. Es aquí donde la Educación marca la diferencia. Mas no brinda espadas, sino destrezas.
Aprender a entender
Nuestra habilidad para comunicar ideas depende, en gran medida, de nuestra capacidad para intepretarlas. Sobre esta premisa, CommonLit abre sus puertas. La organización sin fines de lucro ofrece una plataforma rica en lecturas didácticas. De manera análoga a una biblioteca escolar, el material se estructura en áreas curriculares y a su vez, en grados. Ciertamente, los contenidos atraen las miradas. Las secciones están bien delimitadas, los párrafos son concisos y la interface es austera.
El sistema admite dos tipos de sesiones. Desde el panel de control los docentes asignan actividades a los alumnos. En esencia, las actividades agrupan textos que vienen acompañados por ejercicios de comprensión lectora. Del lado del estudiante, la tarea comienza con una lectura guiada. Durante esta etapa, el sistema hace altos en el camino. Cada pausa intercala cuestionarios autoevaluados. Para avanzar, será necesario contestar las preguntas de opción múltiple. Asimismo, podremos resaltar frases y agregar notas al margen.
Cuando la lectura finaliza, estamos listos para la evaluación. La mecánica es similar, aunque los cuestionarios ya no son autoevaluados; además se incluyen preguntas abiertas. Por último, llega la hora de participar e intercambiar opiniones. Ingresamos en el área de discusión. Hilvanamos la experiencia personal con los puntos temáticos abordados en el texto. Establecemos así las reglas para construir un debate grupal.
Comparar es contrastar
El ganchito en la g, el zigzag en la zeta, el palito en la o. Luego vendrán las sílabas y más tarde, los vocablos. Un escalón a la vez. En el aula, cada peldaño representa un logro. La escalera comienza en la familia, sigue en la escuela y se bifurca en la universidad. Aunque la incorporación de conocimientos no es tarea sencilla. Ascender supone constancia y en particular, metas claras.
Frente a la pandemia, CommonLit no se detuvo. Aceleró a fondo para brindar respuestas contundentes. Las unidades fueron creadas para asegurar la continuidad educativa. El equipo, liderado por Agustina Moppett, desarrolló una solución integradora: lecturas enlazadas a una pregunta. El interrogante constituye la semilla que germina en un plan de trabajo. Relacionando obras de autores disímiles, los estudiantes superan los límites de la comprensión lectora. Nace el pensamiento crítico y con él, la posibilidad maravillosa de transformar saberes en herramientas.
Amasar el mañana
El desembarco de la inteligencia artificial, plantea un dilema. La deidad que irrumpe exhibiendo poderes extraordinarios es la misma que nos interpela. Sus habilidades asombran pero también, atemorizan. Cuando los algoritmos parecen cobrar vida, nuestros sentidos se saturan. La intensidad de estímulos alcanza el paroxismo, transmutando ficción en realidad. Lejos del celuloide, el panorama distópico vuelve a producir un quiebre cultural. El cisma es tal, que reclama una actitud proactiva. Vacilar no es una opción.
Casi a la velocidad de la luz, el falso mesías asume roles que no le pertenecen. Acaso ese usurpador de identidades con ojos de robot, está anunciando un nuevo paradigma. Serán libres aquellos que sean capaces de asimilar, interpretar y discernir. Cuando el invierno pase, habremos completado la lección. En tanto, seguimos elevando la vara. Las consignas son evidentes. Entender para aprender. Aprender para florecer. Florecer para trascender.